viernes, octubre 22, 2010

En un café se vieron por casualidad....

Hace un par de noches en uno de tus muchos mensajes cotidianos, me escribiste algo que fue totalmente oportuno al momento. Decía: "No me importa el futuro ni es relevante el pasado, vivo el mejor de los presentes"... No pude evitar que una sonrisa se me escapara ese instante, una de esas tantas que aparecen solamente cuando siento tu presencia en mi entorno.

Pero... ¿porqué te digo esto?

Porque sabía que en mi presente habrían muchísimos momentos en los que me encontraría cara a cara con retazos de mi pasado, es así como sucedió esa noche...

Iba caminando tranquila  mientras esperaba una movilidad que me llevaría a mi reunión. Ensimismada y perdida entre mis pensamientos, miraba superficialemente a la gente que pasaba apresurada por las calles. Cada persona en su propio mundo con sus propios asuntos. Me detuve por un instante en una esquina y entre toda esa multitud movediza reconocí un par de ojos avellana que se conectaron por algunos instantes con los míos. Había preparado a mi mente por casi un año para ese instante preciso, sabía que llegaría el día exacto en el que me encontraría con ese par otra vez, pero quizás me lo habría imaginado de otra forma diferente. Sentí mi corazón saltar de la rabia inmediatamente, un grave impulso de derribarlo contra el suelo y no dejar que esos ojos color avellana volvieran a ver la luz otra vez... me controlé para quedarme analizando esa situación por unos segundos más.

Me di cuenta repentinamente del miedo que sintió al acercarse a mí, trató de tomar otro rumbo abruptamente pero no podía negar que yo estaba observándolo desde aquella esquina.

A veces pasa...creo que te preguntas a ti misma ¿cómo puedes cometer ese tipo de errores garrafales? Es como si vieras una piedra en el camino y aún cuando la viste allí ¡te tropiezas con ella! No pude evitar reírme por dentro en medio de esa escena tan dantesca. Él pasó tan deprisa que pude percibir su incomodidad pasar fugazmente por mi lado, obviamente no me saludó ni nada parecido, quizás sabría que las consecuencias de una humillación así no serían agradables.

Lo vi alejarse, con un puñado de malos recuerdos, desaparecer entre la multitud de gente... Caminé un poco más en dirección contraria y por fin pude encontrar la movilidad que me llevaría a mi reunión... y sonreía, de la manera natural en la que lo hacía estos últimos días.

Creo que es bueno que tus desencuentros se choquen contra tu estabilidad emocional, te recuerdan la fuerza sobrenatural que te rodea y las mil formas de pisar el pasado.

Realmente no sé que pasará mañana, como le dije a alguien alguna vez..."seguiré cantando", estoy segura, y si tengo suerte y buen karma... seguiré cantando contigo. El pasado es irrelevante, sin importar las veces que me lo vaya encontrar, mi pasado me tendrá miedo si me encuentra sonriente. Mi presente...bueno pues, los dos sabemos...

domingo, octubre 17, 2010

Cuarto menguante

Mientras mi cuerpo de deslizaba rápidamente de forma curvilínea, sentía el viento chocar mucho más fuerte contra mi rostro y la adrenalina acelerar en dirección a mi cabeza. Allí estabas...ingrata, sonriente cuarto menguante, con tu luz brillante y con la forma sarcástica de tu expresión, postrada en el cielo mostrándote e lejana y diminuta, ocultando tu grandeza y vanidad... Mi cuerpo cada vez más rápido contra el viento y mi mente cada vez más dispersa. Había una vista hermosa de la ciudad que apenas podía distinguir estática por el movimiento violento que dispersaba mi mirada una y otra vez, la única pacífica en esa escena..tú, cuarto menguante.
A veces mirando hacia el cielo, otras por el suelo... pero en constante cambio violento. Tú me mirabas, cuarto menguante, mientras sentía como me suzurrabas al oido... ¿viste el suave y atercipelado asfalto?...¿por qué no saltas?  y efectivamente debajo de toda esa imagen preciosa de las luces de la ciudad me turnaba entre el cielo y el asfalto decidida a no mirarte de nuevo.... El viento cada vez mas frío disipaba tus palabras que me obligaban a lanzarme desde lo alto del momento.

Me aferré firmemente a las cadenas que  me sostenían contra la gravedad del suelo para no hacerle caso a mi impulso persistente de saltar sola e intentar volar. Descubrí tu maña, cuarto mengunate, sé lo que intentas hacerme, te funcionó otras veces, pero esta noche de cielo despejado me encontraste en mi momento de pura felicidad, me encontraste con los pies en la tierra. Ésta es la primera vez que sentiré mucho verte perder, ¡esta vez gano yo!

Sentí como la velocidad disminuía en el movimiento, sentía solamente el suave viento rozarme y las luces que tenía en frente aclararse. La tranquilidad se siente así, se detiene el tiempo y el momento es perfecto. Lentamente frené con los pies hasta quedarme quieta en aquel silencio inconfundible. Me bajé de aquel columpio para tomar de la mano a la única persona que me hace olvidar la gravedad  mientras camina de mi lado...♥


miércoles, octubre 06, 2010

Entre paredes opacas...

Uno de los lugares donde menos me gustar estar es en un hospital, ya sea visitando a alguien, o mucho peor, siendo atendida yo.  Aparte del hecho de que  simplemente no confío en los médicos de este tiempo en mi país, me entristece también el ambiente mismo de un hospital. Quizás hubiera sido una persona muy infeliz si me decidía, en cierto punto de mi vida, a estudiar algo relacionado al rubro de la medicina.

Debía hacer una aclaración como ésta antes de contarles algo extraño que sucedió durante estos últimos días.
Internaron a mi madre hace un par de semanas para hacerle dos cirugías importantes. Las dos cirugías eran sumamente sencillas así que ella aprovecharía para que fueran hechas al mismo tiempo sin ningún tipo de complicación prevista. Desde el momento en el que entramos a ese hospital, me sentí incómoda con la gente vestida de blanco que corría a toda prisa por los pasillos y las enfermeras de verde que tenían la mirada perdida y cansada. Me molestaron, además, los azulejos de color opaco que recubrían los pisos y las paredes y el olor interminable a cloro combinado con alcohol.
Cuando llegamos a su habitación designada, había una señora que reposaba en la cama contigua que apenas sonrió  cuando nos vio entrar. Ella se veía triste y cansada, más tarde me enteré que estaba allí porque había tenido dos cirugías previas en las que había abortado a sus gemelos por negligencia médica, sumado a todo esto el hospital no la dejaba volver a casa ya que la cuenta se fue sumando hasta llegar a los 1500$  y ella no podía pagarla. Recordaba ese momento cuando mi padre me decía que la medicina había estado cambiando radicalmente, eran ahora muy pocos los médicos que realmente hacían su trabajo a conciencia propia, el resto eran traficantes de vidas que simplemente buscaban el lucro del oficio a costa de la vida humana.

Quizás esa situación me asustaba mucho más, no sería tan sencillo dejar a mi madre en manos de personas en las que no confiaba. Traté de calmarme al ver su mirada segura mientras se acomodaba en su cama con la ayuda de mi padre. "Su cirugía será temprano por la mañana y todo estaría bien por la tarde" me decía mi padre mientras volvíamos a casa después. Debía creer eso y ser positiva... "todo estará bien, ya estará pronto de nuevo en casa"...me repetía una y otra vez al notarme  mucho más nerviosa. Mi padre tampoco estaba muy tranquilo del todo, se había enojado el momento en el que la enfermera le preguntó a mi madre si tenía casa o auto propio. ¿De qué les servía saber eso si tratamos un asunto medico solamente?, más tarde me di cuenta que hacían esa pregunta para ver la posibilidad de hipotecar tu casa o tu auto en caso de que no pudieras pagar la cuenta... el lucro de nuevo... me indignaba aún más.

No pude dormir bien aquella noche, soñaba con las paredes opacas y los pasillos interminables de aquel hospital, soñaba con la mirada confundida de los médicos y con las risas oscuras de las enfermeras. Desperté y eran mas o menos las 9 de la mañana, ella había entrado a quirófano hace media hora ya, la sola idea de que ella estaría inconsciente para entonces me ponía inmediatamente muy tensa y ansiosa. Mi padre había salido temprano para acompañarla antes de que le pusieran la anestesia y luego se fue a su oficina ya que era un día de muchísimo trabajo, me llamó luego para organizar el almuerzo...nunca nada salía ordenado cuando no estaba ella.

Por la tarde, fui directamente al hospital para visitarla después de su cirugía. Cuando entré en su habitación me encontré con su enfermera e  inmediatamente le pregunté si todo había salido bien y ella sonrío y dijo "si" , miré a mi madre mientras permanecía dormida. Me senté a su lado y abrió apenas los ojos para verme, balbuceaba algunas palabras que no entendía pero logré descifrar que hubieron complicaciones durante la cirugía (enfermera mentirosa). Al parecer solamente lograron hacer una de las operaciones y que la otra se había complicado gravemente hasta llegar al punto de tomar una decisión extrema de alto riesgo. Me asusté ese momento, ella me explicó que los médicos salieron para pedir la autorización a alguno de mis parientes para poder aplicar la decisión riesgosa. Me esperaba lo peor ya que sabía que en ese dado momento no estábamos ni mi padre ni yo. Ella sonrió y dijo.. "La abuela estuvo aquí, ella no les autorizó  la 2da operación" Pero, un momento, ¿mi abuela estuvo aquí? si no me había dicho nada.

Efectivamente, ninguna de mis abuelas había estado ese momento. Inmediatamente llegué a casa lo verifiqué. Pensé que quizás mi madre dijo eso todavía bajo los efectos de la anestesia, quizás se confundió y en realidad no hubieron complicaciones ni apareció mi abuela mágicamente. Luego en el hospital las enfermeras y los médicos nos dieron la misma versión " Una señora ya mayor que dijo ser la madre de la paciente no autorizó el procedimiento de la cirugía, fue una buena decisión ya que era muy probable que tu mamá perdiera mucha sangre en la 2da operación y no tenemos reservas desde hace algunos días"

Cuando se lo conté a mi padre, tampoco él podía creerlo. ¿Quién se hizo pasar por su madre, por mi abuela? Era muy extraño, aún no lo podemos entender. A veces mi padre, en la mesa cuando estamos todos juntos otra vez, nos dice que esto fue una especie de milagro, que la que se presentó ese momento crítico fue una representación de la Virgen María para salvar a mi madre... yo, la verdad, conservo mis escepticismos aún, pero agradezco el hecho de que ella aún me despierte todos los días...